El momento del brindis, durante la comida o el banquete, suele ser uno de los más simbólicos y va acompañado de otro elemento clave: el discurso. Normalmente es el padrino o la madrina de la boda quién se encarga de darlo pero también se puede escoger a alguien distinto, como algún hermano/a o mejores amigos. Lo esencial es que se encargue de ello alguien que conozca bien a la pareja y que tenga cierta facilidad para hablar en público (no es plan de hacerle pasar un mal rato a nadie).

Brindis de boda
La cuestión es que el discurso es un momento cargado de emoción y sentimiento que queda marcado en los recuerdos de los asistentes así que, sin ánimo de poner presión, hay que trabajárselo bastante. Sabemos que lo más importante es hablar desde el corazón, sin embargo, no es malo tener algunas pautas que te ayuden a desenvolverte mejor. Es por ello que, si te ha tocado ser el encargado o encargada de tal ardua misión, queremos darte algunos consejos que te serán útiles para hacer que tu discurso de bodas sea inolvidable:
Piensa en el mensaje que quieres dar. Antes de comenzar a escribir es importante que pienses en el trasfondo de tu discurso. Lo común es transmitir la alegría que te causa ver a esas dos personas que aprecias casándose. Sin embargo, podrías variar un poco y hablarles a los invitados de tus sentimientos: cuenta pequeñas anécdotas vividas con los novios, recrea momentos que les hagan sonreír, rememora experiencias gratas junto a ellos.

Photo by Chris Cowley www.chris-cowley.co.uk
Añade un toque de humor. Suele quedar bien comenzar con una introducción que parezca seria para después desvelar alguna broma, esto contribuye a captar la atención de los invitados. Si es una broma sobre los novios mucho mejor, obviamente. Pero sin pasarse, tampoco se trata de acabar haciendo un monólogo cómico y que se desvíe el tema, hay que encontrar el equilibrio entre la emotividad del momento y algún ligero chascarrillo.

Escribir un discurso de boda
Usa anotaciones. Es difícil que memorices todo el discurso sin titubear, es por ello que es muy útil llevar contigo algunas anotaciones con los puntos clave de tu discurso: eso te ayudará a mantener el hilo del mismo. Pero ojo, se trata de anotaciones, no hace falta llevarlo todo escrito al dedillo porque puede que entonces quieras ceñirte al texto palabra por palabra y se vea muy forzado. Ensaya frente al espejo varias veces antes de que llegue el gran día para ganar soltura.

Escribir un discurso para boda
Emplea un lenguaje natural. Lo más importante es hablar con el corazón, sin palabras recargadas de grandilocuencia o muy elaboradas. Sin embargo, cuida no caer en un lenguaje vulgar. Una vez más, toca buscar el equilibrio entre un tono sencillo y amigable y algo solemne acorde con la importancia del momento.

Consejos para un discurso de boda
Evita extenderte mucho. Es vital que seas claro, breve y conciso. Un discurso muy largo puede distraer y aburrir al público. El objetivo no es ser recordado como el que dio un discurso interminable sino por el mensaje que se dijo en él. Intenta sintetizar, exponer las ideas principales, soltarlo todo con naturalidad e incorporando las pausas justas y necesarias. Tampoco hace falta que empieces a recitar y disparar palabras de forma acelerada.

Discurso de boda original
Si sigues estos pequeños consejos y te dejas llevar un poco por lo que te nace de dentro, seguro que el discurso será un éxito.